Trilogía en la que Jude Duarte cumple su sueño al casarse con el rey Cardan, lo que la convirtió en la reina suprema de Faerie. Su matrimonio le otorgó lo que siempre había querido: poderío, superioridad, ser temida. Pero le pilló de sorpresa un golpe de realidad, al pasar a ser la reina exiliada, sin sus lujosas vestimentas y los grandes banquetes.
Tras la traición que sufrió por parte de Cardan, se dio cuenta que el poder es es más fácil perderlo, que mantenerlo. Ahora solo piensa en como recuperarlo, mientras vive lo que era su vida en en el mundo mortal.
Jude empieza a dedicarle tiempo a su hermano Oak, entrenándole y haciendo encargos para los feéricos de la zona. La oportunidad de recuperar su poder aparece cuando, Taryn, su hermana gemela, aparece en busca de ayuda ya que su vida está en riesgo. Esto le hará volver a Elfhame con el objetivo de realizar la venganza que merece el que fue su esposo, por la deslealtad que tuvo hacia la antigua reina.
Correr peligro no es una opción, será algo que tendrá que asumir si quiere salvar a su hermana al regresar a la corte de Faerie. Lo que no se esperaba encontrar, es una guerra en Elfhame, donde deberá llenarse de astucia al verse involucrada en los juegos políticos de la corte.
El miedo se desencadena en el pueblo cuando llega una maldición, lo que pondrá a Jude entre la espada y la pared, obligándola a optar por su codicia, o bien, por mantener su humanidad.
Reseña: Trilogía Los habitantes del aire