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«El absurdo empeño de los delfines» es la primera obra teatral de Ismael Serrano. Nos cuenta la relación que tienen en el trabajo un grupo de oficinistas alienados que se encuentran en un bucle dentro de su rutina laboral, lo que les provoca la incapacidad de poder ser comunicativos entre ellos.
Habla de nuestra incapacidad de comunicarnos en ocasiones. Estando tan cerca, a veces se nos levanta un muro entre nosotros que nos impide escuchar. Soledades que discurren paralelas sin encontrarse, buscando la necesidad de ser mas empáticos para evitar un futuro en el que cada vez estemos mas aislados los unos de los otros.
«Cuenta la leyenda que los dioses castigaron a algunos hombres convirtiéndolos en delfines. Ahora redimen su culpa salvando a los náufragos, arrastrándolos sanos y salvos a la costa.»
La actitud de los principales personajes que aparecen en esta narración es más bien pesimista. No piensan más que en la posibilidad de hundirse, como si de un ancla se tratase en el fondo del mar. No ven más allá, pero aún así no se separan. Se encuentran con la incapacidad de escucharse los unos a los otros, siguiendo juntos el camino, sin levantar la mirada, prisioneros de su estado laboral que les agota y les recluye.
«- ¿Y si somos delfines a los que los dioses castigaron convirtiéndolos en hombres?
– Me temo que somos hombres castigados con ser hombres. Sin más.»
